su cuerpo vibraba con la excitación. Cada pliegue era una invitación a la pasión. Se sentía irresistible. La oscuridad la llamaba a sus profundidades. Sus fantasías giraban en torno a la desinhibición. Estaba ansiosa para lo que viniera
esperando placeres prohibidos. La expectativa era intensa. El camino estaba trazado. Su alma latía con ritmo. Una noche de desenfreno la esperaba
en cada sombra. La velada prometía ser inolvidable.
